Infinito inaudito.

Tal vez aquí, tal vez no. Así me marea mi mente analista. El siguiente episodio es un poco turbio. Manos a la cabeza, objetos que quisieran ser pistolas. Tres años y en mi cuerpecito caben muchas risas. No en los de ellos. Mi rayo de sol me salva de seguir observando esa imagen. Horas más…

3, 2, 1…

¿Tachán? Sí, podría decirse tachán. Llego para arrasar, para frenar el viento indomable. Me pilla esta escritura en un momento decisivo, determinante y de inflexión. Toda redundancia es poca. Me gusta escribir así, resulta fácil y fluido. La verdad tengo muchas cosas que contarte. Y van a empezar aquí…y ahora. Voy a hablarte de tú…