Impredeciblemente ciega

Ciega. Y que los ojos me arden y ya no veo. Ciega. Que de bañar mi faz, he perdido el ego. Ciega. Ay, que la piel desecha, insinúa fuego. Ciega, cieguita, que ya no veo.   Volara o andase lento llevaba en el pelo aromas pertenecientes a Roma, El Cairo, Quito y Alepo. Ya escocía…

El tiempo perfecto.

Cada día que se borra en el calendario, es una ventana abierta sin cristal, que observa al mar. Un vano cada vez más amplio y certero, que va ofreciendo una mejor vista de aquello. Una explicación a las retóricas y a las preguntas sin respuesta de la mente humana. Un antes del después y un…

Regenerándonos.

Tres. Ni uno más. Porque… miremos hacia atrás. ¿Qué divisas tú? – Un pasaje hacia la oscuridad. Ajá. Un opaco bulevar repleto de esculturas. Un santuario que da el pésame, a su entrada, a quién busca su dolor… Me quito la venda… y la advierto irse nadando, escapando por ese océano de hojas secas. Las…

El río quería correr.

Año abcd de algún que otro siglo. Llegué al diminuto planeta, nuestro hábitat, para empezar de cero. Aunque a veces no parece la primera vez. El caso es que me da que nací sonriendo…pero por dentro. Siempre me acusó de ser durante los tres primeros meses de mi existencia una inaguantable llorona sin causa. La sensibilidad está…

Venir para quedarme.

¿Dije que volvería? No exactamente con esas palabras. Bien, mi labor aquí es inmensa e intensa. Pretendo ser libre a través de textos, aplicables a la vida. La mía, ¿la tuya? Por supuesto, eres bienvenido/a. Lo primero que quiero decir hoy es que vivo entre bocas de lobos hambrientas, que reclaman la necesidad de ese…

3, 2, 1…

¿Tachán? Sí, podría decirse tachán. Llego para arrasar, para frenar el viento indomable. Me pilla esta escritura en un momento decisivo, determinante y de inflexión. Toda redundancia es poca. Me gusta escribir así, resulta fácil y fluido. La verdad tengo muchas cosas que contarte. Y van a empezar aquí…y ahora. Voy a hablarte de tú…