Venir para quedarme.

¿Dije que volvería? No exactamente con esas palabras.

Bien, mi labor aquí es inmensa e intensa. Pretendo ser libre a través de textos, aplicables a la vida. La mía, ¿la tuya? Por supuesto, eres bienvenido/a.

Lo primero que quiero decir hoy es que vivo entre bocas de lobos hambrientas, que reclaman la necesidad de ese alimento que les da vitalidad. Quizás a ti también te pase. O, tal vez, tú seas uno de ellos. Esta es una afirmación dura, pero nada más lejos de la cruel realidad de este mundo.

No quiero hundir, sino levantar.

No quiero juzgar, sino expresarme.

No quiero guerras, sino paz.

Quiero amar e intento hacerlo cada segundo de este episodio.

niña ok

Tú no sabes quién soy (o quizás sí), no conoces mi historia, ni yo la tuya. Pero lo que me pide el cuerpo y sobre todo el alma es descargar esas chispas que mencioné ayer.

Te voy a decir que tengo más de 20 años y menos de 100. Pero, ¿para qué sirve la edad? Para mí lo que vale es la experiencia. Soy un ser humano extravagante, extraordinario, contraproducente, desubicado, ingenuo a más no poder, columpiado y equivocadísimo, por lo visto. Digo visto porque es de lo que algunos depredadores desean convencerme.

Sin embargo aquí me encuentro yo, libre. Todo el mal que causo al «universo» (pronunciado con voz cómica) es sentirme un ser libre. Es amar la vida. Y es vivir.

Esa es mi maldad. Mi ruina tan buscada a gritos, ¿no? Eso creen quienes habitan el bosque a lo bestia. Pero es que… ¿cómo decir esto? Mmm…ya sé. Con una cita fabulosa se puede entender a la perfección por dónde van los ‘piuuuum piuuuuum’ (se oyen tiros…)

Ahí va:

«Intenta vivir en este mundo sin permitir que este mundo viva dentro de ti, porque cuando un barco se posa sobre el agua, fluye. Pero si es el agua la que entra en el barco, se hunde.»

Así yo labro mi vida, mis campos, mis siembras, así hago mi caminito, hermoso camino. Hermoso porque me siento feliz de respirar, de reír, de bailar, de cantar, de escribir, de mis cinco sentidos, de mi cuerpo entero y del «yo» que he creado.

Tú… ¿también?

 

 

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